Cada vez son más personas las que usan gafas con cristales sin graduación por motivos estéticos, para “ir a la moda” o también para potenciar algún rasgo de su personalidad. Utilizar las gafas de esta manera es una forma sencilla y eficaz de dar un cambio radical de aspecto.
En la sociedad está muy extendida la relación gafas-inteligencia por lo que hay personas que utilizan las gafas para resaltar ese determinado rasgo. De hecho, numerosos estudios sostienen que llevar gafas en una entrevista de trabajo puede resultar clave para conseguir el puesto, no solo por cómo te ve el otro, sino porque es un elemento que puede aportar seguridad y confianza a la hora de relacionarse.
Algunas personas que utilizan monturas por motivos estéticos lo hacen sin cristales, pero esta opción resulta poco creíble. Es importante que tus gafas sin graduar lleven lentes, a ser posible con tratamiento anti-reflejante.
Pero sin duda, es más importante todavía que cuenten con este tratamiento los que utilizan las gafas sin graduación para trabajar delante de pantallas. Cada vez es mayor la demanda de estas gafas para gente que trabaja con ordenadores muchas horas al día y acaba con los ojos muy fatigados. Es una opción estupenda para aquellos emétropes (personas que no tienen ningún error refractivo como miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia) que quieren alejarse de esos síntomas tan molestos que producen las pantallas: fatiga visual, sequedad, picor, visión borrosa, enrojecimiento, lagrimeo e incluso a veces visión doble.
Essilor ha desarrollado unas lentes ideales para este tipo de perfiles. Las lentes Eyezen protegen contra los cinco enemigos de la claridad: reflejos, huellas, arañazos, polvo y agua y, además, mantiene a los ojos a salvo de la emisiones de las pantallas de los dispositivos electrónicos que resultan tan molestas, evitando que llegue a la retina tanta cantidad de luz azul-violeta.
Fuente: Essilor
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