La hipermetropía es un defecto visual debido a que el ojo es pequeño o “demasiado corto”, es decir, que la distancia entre la córnea y la retina no es la ideal y en este caso la imagen se forma por detrás de la retina, provocando que el hipermétrope tenga problemas de visión en cerca, aunque cuando la hipermetropía es elevada también existe problema de visión lejana.
La hipermetropía se corrige con lentes convergentes, más gruesas en el centro que en los bordes. También se las conoce como lentes positivas o convexas y están diseñadas para enfocar la imagen en la retina y llegar a tener una buena visión.
Cuanto más elevada sea la hipermetropía más gruesa sera la lente en el centro. El grosor en una lente positiva viene dado por tres factores:
–El indice de refracción. Cuanto más alto más fina sera la lente.
–El diseño de la superficie de la lente. Asférico (más fino) o esférico.
–El tamaño. Cuanto más grande sea el diámetro de la lente más gruesa será.
Que una lente sea gruesa desencadenará varios problemas: la lente pesará más, será más incomoda, aumentará el efecto de ojo grande y será poco estético. Además de todo esto, limita la elección de las monturas.
Uno de los trucos para no sufrir todos estos problemas es elegir un buen tamaño y forma de la montura. Lo ideal es que sea una montura prequeña y a ser posible redonda.
Otro de los trucos es precalibrar a la hora de pedir las lentes, con el objetivo de optimizar espesores. Una lente precalibrada es una lente fabricada al diámetro más pequeño que nos entre en la montura. Con esto reduciremos notablemente espesor central y peso.
En La Gafería sabemos de la dificultad de los usuarios con graduaciones altas a la hora de encontrar una montura ideal para ellos. Por eso contamos con una gran selección de monturas para estos casos, de gran calidad y diseño.
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