La Optometría es una disciplina científica que previene, detecta y soluciona problemas visuales, centrando su objetivo en conseguir el máximo rendimiento visual con la mínima fatiga.
Para conseguirlo, recurre a diversas áreas del conocimiento: anatomía, biología, neurología, farmacología, patología, fisiología, psicología, ergonomía, etcétera; pero de forma preferente a la Óptica.
Un óptico-optometrista es el profesional sanitario primario que se encarga del sistema visual funcionalmente inadecuado.
Por su extensa y valiosa formación, pueden reconocer y tratar aquellas condiciones que requieran entrenamiento visual, procedimientos preventivos para la compensación de anomalías visuales y detectar y discriminar las condiciones patológicas oculares.
En los últimos años ha surgido una nueva salida profesional en las clínicas, consultas y hospitales de Oftalmología privadas y públicas. En este sentido, la formación del actual graduado está muy valorada por los médicos especialistas en Oftalmología.
La tarea que los ópticos-optometristas deben realizar en estas consultas consiste en la detección de disfunciones visuales, manejo de instrumentos ópticos de medida y diagnóstico clínico y la interpretación de sus resultados. Además de todo esto han de ofrecer información y asesoramiento sobre las ayudas ópticas disponibles y realizar todas las pruebas previas y posteriores a diversos procedimientos quirúrgicos, fundamentalmente la cirugía refractiva y la cirugía de cataratas.
Todo ello redunda en la importancia que la Óptica-Optometría y el óptico-optometrista tienen en el desempeño de las prestaciones de asistencia sanitaria primaria. No es infrecuente que un óptico-optometrista sea el primer contacto para la detección de trastornos sistémicos no sospechados.
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