En las últimas décadas se ha producido un aumento significativo en la prevalencia de la miopía a nivel mundial. Existe un conjunto de pruebas que indica que las conductas y el estilo de vida (entorno y educación) junto con la genética están contribuyendo a que los casos de miopía se multipliquen.

En 2050, se prevé que la prevalencia de la miopía globalmente sea del 50 % de la población mundial.

Los niños se están volviendo miopes a edades más tempranas. Las consecuencias son una progresión más rápida, un mayor nivel de miopía y un aumento de la dependencia de las gafas y/o lentes de contacto debido a las situaciones relacionadas con el estilo de vida que se asocian a ellas de una forma inevitable.

¿Cómo influye la genética?

La miopía en los niños aumenta cuando los padres son miopes. Dependiendo del estado refractivo de los progenitores el riesgo es el siguiente:

-50% cuando ambos padres son miopes.

-33% cuando un padre es miope.

-25% cuando ninguno tiene miopía.

¿Cómo influye el estilo de vida?

Los niños de hoy en día pasan mucho menos tiempo realizando actividades al aire. Gran parte de ese tiempo lo dedican a leer y jugar con dispositivos electrónicos portátiles, con lo que las tareas en las que se utiliza la visión cercana se prolongan. También influye no mantener unas buenas condiciones de iluminación.

La importancia de controlar la miopía

Hay una relación clara entre la miopía y patologías oculares como el desprendimiento de retina y la degeneración macular. El ojo se miopiza porque existe un aumento de la elongación del ojo. Este produce un estiramiento y adelgazamiento de la retina que la convierten en vulnerable a futuros problemas relacionados con la salud ocular.

Por lo tanto, cuanto más aumente la miopía mayor será el riesgo de padecer alguna enfermedad ocular. Se trata de algo muy importante. Sólo tenemos dos ojos para toda la vida, ¡no los descuides!

Fuente: Coopervision